Entrevista Vladimir Villegas: Israel no es como me lo imaginaba

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Israel no sólo sorprendió al periodista y otrora diplomático Vladimir Villegas con sus hermosos parajes, sino que también le ayudó a escudriñar en sus propias raíces judías. “La visita me permitió conocer un poco más sobre la realidad de ese país, ver cómo es la vida cotidiana compartiendo con la gente. Fue una experiencia realmente interesante, más allá de las diferencias que uno pueda tener con el Estado de Israel, con sus políticas, específicamente”, manifestó.
Villegas se mostró agradecido con las instituciones que extendieron la invitación e hicieron posible su viaje, una iniciativa que aceptó de buen grado, viendo en ella una excelente oportunidad de involucrarse con la situación del Medio Oriente: “Creo que uno debe acercarse a las sociedades para conocerlas, no dejar que nos cuenten las cosas”.
Aunque disfrutó junto a sus colegas de la visita a los lugares santos (“sólo por su imponencia conmueven a cualquier mortal; no sé si me purificaron el alma, pero me hicieron reflexionar”, aseguró), la actividad que más lo entusiasmó fue su visita a un kibutz israelí. “Quería conocer cómo se da esta forma de organización social, de vida en comunidad, que me parece que deja muchas lecciones con respecto al individualismo que caracteriza al mundo de hoy”, señaló.
Con gran libertad, el periodista pudo conversar con algunos de los integrantes y fundadores del kibutz sobre temas de interés para la sociedad israelí, así como sobre su funcionamiento. “Me llamó la atención porque, además, es una especie de socialismo voluntario, un concepto interesante: hay poco apego a lo material, hay una vida muy intensa de valores, con énfasis en lo colectivo, lo familiar y, por supuesto, lo espiritual”, destacó Villegas.
Pese a lo positivo de esta y otras experiencias en suelo israelí, admitió haberse sentido “golpeado” por la presencia del muro levantado en Cisjordania. “Ojalá el muro pudiera desaparecer, me gustaría que el diálogo avanzara y pudiera llegarse a acuerdos dignos que preserven los derechos tanto del pueblo israelí como del pueblo palestino. Ese es mi deseo”, manifestó.
También el Museo del Holocausto de Yad Vashem le causó una fuerte impresión, pues, según comentó, “allí ciertamente se muestran los horrores del fascismo”. A pesar del poco tiempo del que él y sus compañeros disponían, por lo agitado de su agenda, Villegas hizo un alto para entrar en los registros de la institución, siguiendo quizás el rastro de algunos parientes lejanos perdidos en las fauces de la historia reciente. “Encontré varias personas con mi apellido materno, Poljak, que es una versión cambiada del original para poder escapar de Europa”.
En efecto, la madre de Vladimir Villegas nació en Croacia y es de origen judío. “Parte de mi familia materna, que vivía en Zagreb, fue perseguida; algunos fueron presos”, explicó el periodista. “Aunque no tuve tiempo de ahondar, supongo que algunas de las personas que encontré en esos registros son de la familia”.
Una visita llena de sorpresas
En cuanto a la situación general de Israel, Villegas se encontró con algo muy diferente a lo que esperaba. “Pensé que vería un país militarizado por todas partes, con soldados y tanques… Eso era lo que yo me imaginaba. Pero no fue así, lo cual sé que no significa que Israel sea un país desarmado”, confesó.
Su recorrido por diversas ciudades israelíes, en las que pudo sentir el pulso de la vida local interactuando con la gente y observando lo que sucedía a su alrededor, le brindó el beneficio de reelaborar su valoración de la sociedad israelí, específicamente en asuntos como la educación y los problemas políticos, al tiempo que pudo cerciorarse de que la cotidianidad del israelí es tan normal como la de cualquier otro país. “Ante lo que uno ve desde afuera —es decir, ante algunas acciones del Gobierno, como puede ocurrir en cualquier país—, tomar posición es natural. Pero, en realidad, allí no se nota la situación de militarización ni en las ciudades principales ni en otras más pequeñas, como se observa en los medios”.
Más adelante, su curiosidad periodística le haría indagar sobre un tema que, por su afinidad política, le pareció pertinente: la titularidad de las tierras en Israel. “Entendí que la mayor parte de las tierras son propiedad del Estado y que éste las asigna, por lo que no hay muchos propietarios particulares”, comentó al respecto.
Villegas también evocó con especial afecto un encuentro que, durante el viaje, tuvo con Hillo Ostfeld y su esposa Klara, destacados miembros de la comunidad judía venezolana. “Fue una conversación sincera, desgarrada, sobre lo que ellos han vivido. Discutimos sobre el tema israelí y la situación venezolana, y logramos un diálogo interesante”.
En retrospectiva, el periodista evaluó su viaje a Israel como una experiencia positiva, en la que asignó a sus compañeros de viaje un papel destacado: “La verdad es que haber compartido este viaje con Idania y Frasso fue un privilegio. Conocer sitios históricos y emblemáticos y debatir de rato en rato con ellos fue sencillamente especial”.
Estrechando vínculos
En las palabras de Villegas no faltaron elogios a la calidad de vida del pueblo israelí, el agradecimiento por la esmerada atención recibida durante su visita y la reiteración de su respeto hacia todas las referencias judías —culturales, religiosas o históricas— “marcadas por la huella macabra del Holocausto”.
A su juicio, Israel y Venezuela tienen ahora la misión de lograr acuerdos sin recurrir a la violencia y promoviendo siempre la tolerancia. “En Israel pude notar zonas en las que se observa la convivencia pacífica entre árabes y judíos, lo cual indica que sí se puede lograr”, recordó.
Aunque dejó claro que no cree que un viaje pueda cambiar la posición política de alguien, coincidió con Idania Chirinos en que esta clase de experiencias proporcionan nuevos factores a tener en cuenta para el análisis. “Si bien he sido crítico de las acciones militares del Estado de Israel —y establezco diferencias entre el Estado y el Pueblo Judío— respeto, al igual que lo hace el Estado venezolano, su existencia, pues tenemos una Embajada allá, aunque las relaciones estén como están”, aclaró. “Quién sabe si los conflictos se resolverán con una fórmula que nadie se imagina. Se han visto cosas mucho más complicadas que han sido posibles”.

Por Andrea Hernández

Fuente: Nuevo Mundo Israelita

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