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Por Beatriz W. De Rittigstein
Desde hace tiempo, determinados medios nacionales reproducen calumnias que promueven una imagen negativa de Israel y renuevan prejuicios contra el pueblo judío, propios del oscurantismo medieval. No se trata de noticias, sino de mala propaganda.
Ante la falta de razones para negar el derecho a existir del Estado judío, muchos antisemitas alegan que la base del argumento judío es la Biblia y no una conexión histórica. Un sitio web de un grupo palestino en nuestro país, repite el engaño, desconociendo la labor de expertos historiadores, arqueólogos, antropólogos y científicos multidisciplinarios que prueban de forma fehaciente los vínculos indisolubles entre tierra y judaísmo.
En dicho sitio usan el eufemismo de "Palestina histórica", cuando en realidad es Israel. Tras la destrucción del Segundo Templo de Jerusalén en el 70 E.C. y la derrota de dos revueltas, en el 135 E.C. las autoridades romanas expulsaron a la población judía de su tierra. De hecho, el saqueo de Jerusalén está representado en el Arco de Tito en Roma, donde vemos el candelabro, escudo de Israel. Adriano, como castigo a la rebeldía judía, cambió el nombre de Judea por Palestina, en alusión a los antiguos filisteos, venidos de Creta y asentados en lo que hoy es Gaza.
El texto del grupo palestino en Venezuela es judeófobo. Prácticamente reproduce las teorías conspirativas de Los Protocolos de los Sabios de Sión, adaptándolas a tiempos más modernos. De modo infantil culpa a los judíos de planificar "la I Guerra Mundial, el nazismo, la II Guerra Mundial y la fundación de la ONU". Además, utiliza el negacionismo histórico con respecto al Holocausto y revive la acusación de pueblo deicida.
Con el propósito de imponer una matriz de opinión adicional contra Israel, le atribuye la fabricación de Al Qaeda e ISIS, y de la ruina de Yemen, Libia, Irak y Siria. En esa línea, rechazan que los conflictos en tales países, en los que Israel no tiene relación, sean religiosos; pero, con propiedad está demostrado que se trata de un viejo odio entre chiítas y sunitas. Obviamente, con tales acusaciones no es factible la solución de dos Estados; para estos "defensores" de los palestinos sólo es válida la destrucción de Israel y lo vemos en su logo, en el cual incluye el territorio israelí completo.

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