Por Eduard Yitzhak
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abas [Abu Mazen], ha declarado en la Muqata, la sede presidencial de Ramalá, al corresponsal de La Vanguardia, Henrique Cymerman el 4 de octubre de 2011 que fue un error de todo el mundo árabe no haber aceptado la resolución [se refiere a la Resolución 181 aprobada el 29 de noviembre de 1947] de la ONU en 1947 sobre la partición de Palestina en un estado judío y otro árabe y añade que como resultado de esa partición, Israel fue fundado y el Estado de Palestina no.
La Liga Árabe aprobó otra resolución dos semanas después [mediados de diciembre de 1947] que rechazaba frontalmente la Resolución 181 de la ONU y en la que advertía que para evitar la ejecución del plan de partición emplearía todos los medios a su alcance, incluyendo la intervención armada.
El secretario general de la Liga Árabe, Azzam Pachá, lanzó esta advertencia anunciando la inminente invasión árabe: “Será una guerra de exterminio, una terrible matanza, comparable a los estragos de los mongoles y a las Cruzadas”. El futuro jefe del movimiento anexionista panararabista, que mutará posteriormente a “resistencia palestina”, Ahmed Shukeiry, afirmará que “la invasión tiene como objetivo «la eliminación del Estado hebreo” y la Universidad Islámica de El Cairo proclamará el Yihad, -la Guerra Santa-, contra el sionismo. En la noche del 15 de mayo de 1948, los ejércitos de Egipto, Transjordania, Siria, Líbano e Irak y la Liga Árabe cruzaron las fronteras e invadieron el Estado de Israel. La primera guerra árabe-israelí había comenzado. La amenaza árabe, que finalmente se cumplió, no tuvo ninguna respuesta por parte de Naciones Unidas.
Este “error” se repetirá continuamente. El Cairo y emisoras de radio árabes preparaban a la opinión pública para la guerra y prometían la muerte y el exterminio de Israel. "Todo Egipto se halla ahora dispuesto a lanzarse a una guerra total que pondrá fin a Israel", declaraba el comentarista de Saut-al Arab el 17 de mayo de 1967.
"Nuestro objetivo básico será la destrucción de Israel. El pueblo árabe quiere luchar", dijo el Presidente Nasser el 27 de mayo de 1966
Ahmed Shukeiry, presidente de la OLP declaró: "Los judíos que sobrevivan a la guerra que será inminente, serían autorizados a permanecer en Palestina, pero no espero que muchos puedan hacerlo".
El “error” al que se refiere Abu Mazen se volvió a repetir en la Declaración de Jartún de los Tres No. Los países árabes reunidos en la capital sudanesa el 1 de septiembre de 1967 declaraban en el artículo 3º de su resolución con respecto a las relaciones árabe-israelíes los Tres No: No a la paz con Israel, No al reconocimiento del Estado de Israel, No a las negociaciones con Israel.
Es el mismo “error” de los ayatolás de Irán que amenazan con destruir Israel, y el mismo “error” de los países árabes de la Liga Árabe y de la Organización de la Conferencia Islámica en no reconocer la independencia de los judíos y de tener su propia patria, Israel.
El “error” fue repetido por Yasser Arafat presidente de la Autoridad palestina hasta su fallecimiento el 11 de noviembre de 2004, antecesor de Abu Mazen, declaró:"Nuestro objetivo es simplemente la liberación del suelo palestino y el establecimiento de un estado. Por lo tanto, los judíos deben ser expulsados, e Israel debe ser aniquilado. No podemos aceptar ni más ni menos que la completa aniquilación de todos los judíos".
Abu Mazen declara que ha vuelto a la ONU para corregir en el 2011 el “error” cometido en 1947
Abu Mazen [Mahmud Abas] dice que “entiende que les castiguen durante diez, veinte o treinta años. Pero no por tanto tiempo. Basta”
Los errores se pagan en tanto en política como en la vida personal. Todavía más los errores que causan daños irreversibles. No podemos volver atrás y decir que no pasó nada. Lo que pasó, pasó. Podemos redireccionar el futuro, pero no cambiar ni modificar el pasado, ni anular sus consecuencias.
Un error causante de un siniestro fatal no tiene reparación para ninguno de los fallecidos, ni tampoco los numerosos errores que han cometido los líderes o los países, como el error del conde Don Julián de aliarse con los árabes para dirimir cuestiones personales de venganza con el rey Rodrigo –al que la historia acusa de haber deshonrado a su hija-, permitió la invasión musulmana de la península ibérica. El mismo conde don Julián pensando destronar a Rodrigo permitió la invasión árabe-musulmana de España, lo que no había previsto ni querido.
El “error” de los nazis alemanes de bombardear Londres en el curso de la Segunda Guerra Mundial causó el bombardeo de Dresden.
¿Repetirían los alemanes el mismo error y votar nuevamente un Hitler? Pero los crímenes que cometieron los nazis no tienen reparación.
¡Cuántos errores han causado grandes cambios en el curso de la historia, y no hay marcha atrás!
¿Qué error cometió el pueblo judío para que el Imperio Romano invadiese su país Israel, y deportara como esclavos a la mayoría de sus habitantes a Roma y a las tierras de los romanos?
¿Qué error cometió el pueblo judío en Israel, y ante qué nación, para ser ocupada su tierra, y para que su Templo de Jerusalem fuera destruido?
¿Qué error cometió el pueblo judío para que una vez destruido Israel y exiliada la mayor parte de su población, pasase a ser denominado Siria Palestina o Palestina por la Roma Imperial en el año 135 EC con el objetivo declarado de borrar todo rastro de judaísmo?
¿Qué error cometió el pueblo judío para que Palestina ocupada por el Imperio de Bizancio fuera conquistada el año 636 por el Imperio árabe-musulmán bajo la dinastía de los Omeya, después sucesivamente por el califato Abbasi, los Cruzados, los mamelucos, los turcos, y los británicos finalmente?
¿Qué error cometió el pueblo judío para que el ocupante árabe-musulmán edificase la Cúpula de la Roca entre los años 687 y 691 por Abd al-Malik en el terreno sobre el que se había edificado anteriormente el Primer y Segundo Templo de Jerusalem?
Este “error” del conquistador musulmán dura hasta el día de hoy, y hasta la fecha no ha sido corregido.
El pueblo de Israel no tuvo error ante las naciones, pero perdió ante los ocupantes invasores, y fue dispersado por el orbe, durante casi dos milenios.
¿Ayudaron los árabes y/o musulmanes a solucionar el error que cometieron los romanos que tanto perjudicó al pueblo judío? Nunca. Siempre bloquearon e impidieron el retorno de los judíos- que vivían en la Diáspora fuera de su patria ancestral- a su amada tierra de Israel, a la que deseaban alcanzar y poder escapar de las muchas persecuciones, que sufrieron hasta hace muy poco en Europa, ni permitieron que se reedificase el Sancta Sanctórum del judaísmo, el Tercer Templo. Este error musulmán se mantiene desde el año 687 hasta hoy, 1.324 años de error árabe-musulmán.
El “error” de los países árabes y de los árabes colonos que ocupaban Israel no fue un error lingüístico o estético. El rechazo a que los judíos pudieran retornar a su tierra milenaria fue plasmado por los árabes en una serie de guerras contra el pueblo judío, que causó la muerte, y heridos, de miles y miles de judíos, víctimas del totalitarismo islámico y del nacional-socialismo panarabista.
En caso de haber perdido Israel una sola de esas guerras desencadenas por los países árabes, en el caso de haberse producido una derrota israelí, ¿hubieran corregido la Liga Árabe y los países árabes el “error” de querer destruir al recién nacido estado judío, -estado nacido bajo los auspicios de las Naciones Unidas-?
Lo que habrían hecho es cumplir el deseo del mufti de Jerusalem, Ali Husseini, y de la dirigencia musulmana árabe ocupante de Palestina[6], aliados de la Alemania-Austria nazi, de exterminar a los judíos en Israel, como explícitamente declararon.
El error del rechazo árabe a constituir un estado en parte de la tierra ancestral del pueblo ha causado daño, muerte y desolación al pueblo judío.
No es posible ir hacia atrás en el tiempo. Las vidas humanas perdidas no se recuperan diciendo que fue un “error”, error que por cierto no se quiere corregir.
Los alemanes agresores de mediados del siglo pasado perdieron la guerra, y perdieron Alsacia-Lorena, Prusia Oriental. No pueden reclamar aquello, que aunque fue suyo en algún momento, lo perdieron después de agredir y dañar a otros países.
Los árabes piden reparaciones habiendo sido los perdedores de las guerras que ellos mismos han desencadenado. Lo que las agresiones árabes no consiguieron por las armas, lo quieren conseguir con las negociaciones y con la ayuda de las Naciones Unidas.
Los árabes y/o musulmanes reclaman lo que fue ocupado por ellos como derecho perpetuo de victoria de los ejércitos musulmanes. Esta misma exigencia es la que sustenta la creencia árabe y/o musulmana que la península ibérica tiene que ser reislamizada, y volver a ser un nuevo Al-Andalus.
Ocupación de Palestina
Mahmud Abas afirma que “Todos deben recordar que somos el único pueblo bajo ocupación, tras 63 años”
No son 63 años, son casi dos milenios. Parte de la “Palestina de Adriano”, está ocupada todavía desde hace casi dos milenios, desde la época de los romanos hasta la fecha, y los ocupantes son los colones árabe-musulmanes del antiguo Imperio árabe, que “permitió” vivir a un remanente judío en Palestina, nombre dado por el emperador romano Adriano al vencer a los judíos.
Únicamente los judíos han vivido interrumpidamente en Israel durante los últimos 3.700 años.
Parte del suelo de Israel está bajo soberanía judía. Excluyendo el tiempo que esa tierra, conocida por la cristiandad como Tierra Santa, ha estado bajo soberanía judía, nunca ha sido un estado independiente árabe.
El breve control árabe de Jerusalem significó destrucción y atraso en la Ciudad Santa. Los árabes tuvieron abandonada la ciudad, asó como el resto del país.
Los historiadores y la Biblia coinciden en que el término "Palestina" se deriva de Filistim, Filisteos -palabra del antiguo hebreo-, que significa invasor : personas Egeas quienes en el Siglo XII antes de la EC se asentaron a lo largo de las costas planas del levante del Mar Mediterráneo, y que fueron expulsados posteriormente por el Rey David.
En el año 135 EC los Romanos aplastaron la última gran revuelta judía. El emperador Adriano cambió el nombre de Jerusalem por Aelia Capitolina y a la provincia judaica por Palestina, con el objetivo de borrar toda memoria judía de la región y en recuerdo de los invasores, procedentes del mar Egeo, que en hebreo eran nombrados “plishtim” –invasores. Los filisteos habían sido una confederación de pueblos no-semíticos provenientes de Creta, las islas del Egeo y Asia Menor, conocidos también como “Pueblos del Mar”.
Aelia deriva del nombre propio de Adriano, Aelius, mientras que Capitolina significa que la ciudad nueva se dedicaba a Júpiter, cuyo templo en Roma se encontraba en la Colina Capitolina, y al que se levantó un templo sobre las ruinas del Templo judío.
El nombre latino Aelia es el origen etimológico del término árabe Iliya, el antiguo nombre islámico que los ocupantes musulmanes dieron a Jerusalem hasta que posteriormente lo cambiaron e impusieron el de Al-Quds (lo sagrado).
Los ingleses nombraron Palestina a Tierra Santa, y los ocupantes e invasores árabes han recuperado recientemente el nombre de Palestina, cuando hasta hace unas décadas ignoraban la existencia de los nombres: Palestina y palestinos.
Los mismos que ahora se hacen llamar palestinos, son árabes de Jordania y Siria, y nunca habían oído la palabra Palestina, ni palestino. Es más, en el idioma árabe no existe el fonema P, por lo que dicen B. Así, por ejemplo, el nombre griego Paulus pasa a ser en árabe Bulus.
Nunca ha existido una tierra llamada "Palestina" gobernada por "palestinos" ni tampoco ha existido nunca una nación “palestina”, ni pueblo palestino. Los “palestinos” son árabes procedentes de Siria y de Jordania, mayormente a finales del siglo XIX cuando los pioneros judíos levantaban empresas y riqueza.
El pueblo judío desde siempre ha recordado la tierra que fue la cuna de su nación, el suelo patrio. El anhelo, el empeño, el deseo, la voluntad del pueblo judío ha sido retornar a la Tierra de Israel, como la petición en cada uno de los tres rezos diarios que hace cada judío devoto: volver a Israel. Lo refleja muy claramente el Salmo 137: 1-7, escrito hace más de 26 siglos: Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos, y llorábamos recordando a Sión. Sobre los sauces en medio de ella colgábamos nuestras liras, porque allí los que nos tenían cautivos nos exigían que cantáramos, y nuestros atormentadores nos exigían alegría: “Cantadnos una de las canciones de Sión” ¿Cómo podremos cantar la canción del Eterno en tierra extranjera? Si te olvidare, oh Jerusalem, olvide mi diestra su habilidad. Adhiérase mi lengua al paladar si no te recordare, si no pusiere a Jerusalem por encima de mí mayor alegría. Recuerda, oh Eterno, contra los hijos de Edom, el día de Jerusalem, cuando decían: “¡Arrasadla, arrasadla hasta sus cimientos!”
Cuando Gaza y Judea-Samaria quedaron bajo soberanía hasta 1967, la Guerra de los Seis Días, nunca se alzaron voces de los colonos árabes de Gaza (ocupada por Egipto) y de Judea-Samaria (ocupada por Jordania) en pro de una independencia árabe-palestina, ni contra el ocupante egipcio y jordano, respectivamente.
“Cisjordania” –Judea y Samaria- no fue nunca parte legal de Jordania. Bajo el Plan de Partición de las Naciones Unidas de 1947, el cual los judíos aceptaron y los árabes rechazaron, Cisjordania se suponía fuera parte de un estado árabe independiente en el oeste de "Palestina" (¡el Israel histórico¡).
Pero los jordanos invadieron y ocuparon el área durante la guerra de 1948. En 1950, Jordania anexó los Bancos del Oeste a su territorio, razón por la cual esta región es conocida bajo el nombre de Cisjordania. Solamente los ingleses y Pakistán reconocieron la ocupación jordana. El resto del mundo nunca lo reconocieron. Durante el período entre 1950 y 1967 Jordania permitió a terroristas que lanzaran ataques contra Israel.
Jerusalem
Es una mentira repetida mil veces que ha devenido “verdad” en Occidente que Jerusalem es la tercera ciudad santa del Islam.
Los musulmanes intentan conectar a Jerusalem con el Islam usando un pasaje vago del Corán, contenido en el Sura 17, titulado "El Viaje Nocturno"
En el mismo se relata que en un sueño o en una visión Muhammad fue llevado de noche desde "el templo sagrado al templo que es más remoto, cuyo recinto hemos verdecido, para que podamos mostrarle nuestras señales. …" En el siglo VII después de la EC algunos musulmanes identificaron estos dos templos mencionados en este verso como el de Meca y el de Jerusalem.
Durante los días de Muhammad, fallecido el año 632 EC, Jerusalén era una ciudad mayormente cristiana perteneciente al imperio Bizantino. La ciudad no fue capturada por el Califa Omar sino hasta el 638, seis años después de la muerte de Muhammad. Sobre la explanada del Monte del Templo, se alzaba la iglesia Santa María Justiniano de arquitectura netamente bizantina.
Muhammad murió el 8 de junio del año 632 EC. La Cúpula de la Roca se inició a construir en el año 687 y se finalizó en el 691 EC. Los musulmanes creen que la roca que se encuentra en el centro de la Cúpula es el punto desde el cual Muhammad ascendió a los cielos para reunirse con Alá, acompañado por el ángel Gabriel. Es un lugar sagrado para los musulmanes. Sólo es “santo” para el Islam, la Roca, pero en absoluto la ciudad de Jerusalem.
Y esta es la evidencia más contundente que tiene el Islamismo para reclamar a Jerusalem como ciudad santa. Jerusalem no es mencionada ni una sola vez en el Corán.
Jerusalem no ha sido nunca la capital de ninguna entidad árabe ni musulmana. Incluso en la época en que los jordanos ocuparon Jerusalem, nunca los árabes –que posteriormente se autodenominaron palestinos- pretendieron convertirla en su capital y los dirigentes árabes no acudieron nunca a Jerusalem para visitarla.
Bajo el gobierno jordano, los lugares sagrados judíos fueron profanados y a los judíos se les negó el acceso a los lugares de adoración hebreos.
El breve control árabe de Jerusalem significó destrucción y atraso en la Ciudad Santa. Los árabes tuvieron abandonada la ciudad, así como el resto del país.
Las Naciones Unidas permanecieron silenciosas cuando los jordanos destruyeron 58 sinagogas en Jerusalem.
Las Naciones Unidas también permanecieron silenciosas cuando los jordanos impusieron una política, de tipo apartheid, -prohibiendo a los judíos el acceso a sus lugares santos- con el fin de impedir que los judíos visitasen el Monte del Templo y el Muro Occidental.
Las Naciones Unidas permanecieron nuevamente silenciosas cuando los jordanos profanaron sistemáticamente el antiguo cementerio judío en el Monte de los Olivos.
Sin embargo, los judíos pueden mostrar miles de años de morar y habitar en esta tierra, de construir Templos –el Primero y el Segundo-, de adorar a Dios, de vivir y luchar por esta tierra, como evidencia histórica para reclamar a Jerusalem, desde los tiempos de Abraham – ¡hace miles de años!
El mismo Corán – el libro sagrado del Islam – describe la construcción del Primer Templo de Salomón (Corán 34:13) y la destrucción del Primer y Segundo Templo de Salomón (Corán 17:7). La conexión de los Judíos con la Montaña del Templo puede datarse hasta 3.000 años en el pasado, y está basada en datos históricos, evidencias arqueológicas y tradiciones escritas y orales.
El pueblo de Israel se convirtió en una nación en el año 1312 antes de la EC, dos mil años antes de que surgiese el Islam.
Desde la conquista judía, que tuvo lugar en el año 1272 antes de la EC, los judíos han disfrutado el dominio sobre la tierra durante mil años, que ha contado con una presencia continuada en la tierra durante los últimos 3.300 años.
Durante más de 3.300 años Jerusalem ha sido la capital judía.
A Jerusalem se la menciona cerca de 700 veces en la Toráh y Tanaj, las Sagradas Escrituras judías –denominado “Antiguo Testamento” por los cristianos-.
El Rey David fundó la ciudad de Jerusalem como capital de Israel.
Muhammad no estuvo nunca a Jerusalem.
Los judíos hacen todos sus rezos orientándose hacia Jerusalem; mientras que los musulmanes lo hacen dándole la espalda y los glúteos a Jerusalem, y se enfocan mirando hacia la Meca.
Bajo el gobierno israelí, todos los emplazamientos musulmanes y cristianos han sido conservados y hechos accesibles a las gentes de todas las creencias.
Las naciones que habitaban la tierra antes de que los judíos lo hicieran, ¡hoy no existen!, ya que han sido absorbidas por otras gentes a través de los años. Los árabes de Israel vinieron en el 632 después de la EC, a raíz de la invasión musulmana.
Únicamente los judíos han vivido interrumpidamente en Israel durante los últimos 3.700 años.
Sin embargo, los judíos pueden mostrar miles de años de morar y habitar en esta tierra, de construir Templos –el Primero y el Segundo-, de adorar allí Dios, de vivir y luchar por esta tierra, como evidencia histórica para reclamar a Jerusalem, desde los tiempos de Abraham – ¡hace miles de años!
De acuerdo con el historiador Josefo (Siglo I EC), el Templo de Jerusalem existía en esta montaña hacía siglos y era usado por los judíos para refugiarse cuando Tito conquistó a Jerusalén en el año 68 EC.
¿A quién pertenece Tierra Santa?
Es de sobras bien conocido que la Torá [Antiguo Testamento] declara infinidad de veces que esta tierra pertenece al pueblo judío, citas que no se repetirán en este artículo, para no cansar al lector. No sólo es la Torá, sino también es el mismo Corán el que afirma que esta tierra pertenece que al pueblo judío:
Corán 28:4-5 [antes de Higrah]: Faraón se condujo altivamente en el país –Egipto- y dividió a sus habitantes en clanes. Debilitaba a un grupo de ellos, degollando a sus hijos varones y dejando con vida a sus mujeres. Era de los corruptores. Quisimos agraciar a los que habían sido humillados –los israelitas- en el país y hacer de ellos jefes, hacer de ellos herederos,
Corán 2:47 [después de Higrah]: ¡Hijos de Israel! Recordad la gracia que os dispensé y que os distinguí entre todos los pueblos.
Corán 7:137 [antes de Higrah]: Y dimos en herencia al pueblo –israelita- que había sido humillado las tierras orientales y las occidentales –las tierras del Israel completo- , que Nosotros hemos bendecido. Y se cumplió la bella promesa de tu Señor a los Hijos de Israel, por haber tenido paciencia. Y destruimos lo que Faraón y su pueblo habían hecho y lo que habían construido.
Corán 10:93 [antes de Higrah]: Hemos instalado a los Hijos de Israel en un lugar bueno –las tierras del Israel completo- y les hemos proveído de cosas buenas. Y no discreparon sino después de haber recibido la Ciencia. Tu Señor decidirá entre ellos el día de la Resurrección sobre aquello en que discrepaban.
Corán 20:80 [antes de Higrah]: ¡Hijos de Israel! Os hemos salvado de vuestros enemigos y nos hemos dado cita con vosotros en la ladera derecha del monte. Hemos hecho descender sobre vosotros el maná y las codornices
Corán 26:59 [antes de Higrah]: Así fue, y se lo dimos en herencia a los Hijos de Israel.
Corán 45:16 [antes de Higrah]: Dimos a los Hijos de Israel la Escritura, el juicio y el profetismo. Les proveímos de cosas buenas y les distinguimos entre todos los pueblos.
Corán 44:32 [antes de Higrah]: Les elegimos –a los israelitas- conscientemente de entre todos los pueblos.
Corán 32:23-24 [antes de Higrah]: Hemos dado a Moisés la Escritura -no dudes, pues, en encontrarle- e hicimos de ella dirección para los Hijos de Israel. Elegimos de entre ellos –los israelitas- a jefes que les dirigieran siguiendo Nuestra orden como premio por haber perseverado y por haber estado convencidos de Nuestros signos.
Corán 17:104 [antes de Higrah]: Y, después de él, dijimos a los Hijos de Israel: "Habitad la tierra –las tierras del Israel completo- y, cuando se cumpla la promesa de la otra vida, os llevaremos en tropel".
Pero si el Corán afirma esto ¿cómo es que los islamistas reclaman el Israel completo para el Islam?
El Islam, como todo libro sagrado, tiene varias lecturas, y la interpretación que se lleva a cabo en todas las madrssas y prácticamente la mayoría de líderes religiosos del Islam y en sus mezquitas, es la que afirma que toda tierra conquistada por el Islam pertenece definitivamente al Islam, aunque pueda estar bajo soberanía no musulmana, como el caso de Israel, España, Portugal, Grecia, parte de Austria, sur de Italia y Sicilia, etc., países que fueron gobernados en algún momento, aunque pudiera ser breve, por el Islam.
Esta lectura yihadista, salafista, islamista, tanto wahhabita en los sunnitas, como mahdista, en los chiítas, es la que domina la mayor parte del discurso musulmán, que divide el mundo en Dar al-Islam [la tierra del Islam] y en Dar al-Harb [casa de la guerra], que son las tierras habitadas por los no-musulmanes. “La infidelidad es una sola nación [Al Kufru Millatun Wahida]. Dar al-Harb se subdivide en tres zonas:
Darl el-Ahd: los lugares donde el gobierno promueve y profesa el Islam. Dar el-Suhl: las tierras donde el Islam es respetado pero los líderes no son musulmanes. Dar al-Dawa: los lugares donde los musulmanes no gozan de reconocimiento ni sus líderes se vinculan con el Islam.
Actualmente los islamistas suelen englobar dentro de Dar al-Islam, a toda región habitada por musulmanes o que alguna vez lo fue. Entre ellos España, Portugal, Chipre, Grecia, Sicilia, Israel, o los Balcanes. Siendo una de sus demandas recuperar estos territorios y volver a islamizarlos.
La lectura predominante hoy en día en el mundo musulmán es que es un deber de todo devoto musulmán reislamizar Dar al-Islam, y combatir a aquellos no-musulmanes (judíos, cristianos, etc.) que según la ideología islámica “profanan”“la tierra del Islam”, como son los judíos en el caso de Israel, los españoles y portugueses cristianos en el de España y Portugal, y así sucesivamente en todos los territorios que fueron ocupados alguna vez por el Islam.
El pueblo judío es el único heredero de la tierra de Israel
El pueblo judío es el más antiguo de la humanidad, que conserva su identidad, su religión y el anhelo inquebrantable a su patria, Israel. Nunca ha existido un pueblo árabe palestino. El pretendido pueblo palestino, sirio-jordano, no es más ni menos que una parte del pueblo sirio-jordano. El auténtico estado árabe-palestino es Jordania. El mundo árabe y/o musulmán no reconoce la independencia y autodeterminación del pueblo judío.
El pueblo judío se ha mantenido firme en su fe y en sus aspiraciones nacionales allí donde se hallaba, “se ha mantenido en sus trece”, se dice en español, refiriéndose a los Trece principios, resumidos por Maimónides, de la fe judía que el judío mantenía frente al inquisidor.
El rechazo del mundo árabe contra la autodeterminación de los judíos se plasmó en las guerras contra el naciente estado, y ante las contantes derrotas militares, los vecinos árabes de Israel emplean el caballo de Troya de la quinta columna árabe que vive en las tierras en disputa, Judea-Samaria (Cisjordania) y Gaza, los árabes metamorfoseados en “palestinos”.
El interés de los árabes y/o musulmanes que se oponen a la independencia de Israel han mutado su lenguaje y afirman querer el estado palestino. Estos reciben el apoyo de los antisemitas occidentales, y saben que el antisemitismo no desapareció al desmantelar Auschwitz. El verdadero interés es la destrucción de Israel, y no la creación de un estado para un pueblo.
¿Por qué combatir Israel es tan importante para el islamismo?
Todas las tierras que fueron ocupadas y gobernadas por el Islam deben volver al Islam, esa es la lectura del Corán que impregna la mente de la mayoría de los actuales líderes religiosos musulmanes ¿Pero por qué el discurso mayoritario se focaliza en Israel¿ y ¿por qué el Yihad para reislamizar la península ibérica, el sur de Francia, o Sicilia y el sur de Italia, y parte de Austria, Grecia, los Balcanes, etc., aparece en segundo plano y con menor insistencia, hasta el punto que muchos occidentales, y también israelíes, llegan a creer que el motor y causa de todos los problemas que irritan al islamismo es la existencia de Israel, por lo que un cese de tierras israelíes a los árabes permitirá el acceso a la paz?
Aparentemente podría pensarse que obedece a la estrategia de “dividir para vencer”, y/o que es más ventajoso golpear al más desprotegido, al eslabón más débil, Israel, rodeado de un mar de países árabes con un caballo de Troya en su interior -los que ahora se hacen llamar palestinos-, contando con la histórica complicidad del milenario antisemitismo europeo; pues golpear a España, país europeo miembro de la OTAN, atraería la solidaridad inmediata del resto de miembros y países europeos, cosa que no ocurre al lacerar a Israel.
En núcleo, el centro del odio contra Israel, no radica en el odio racial al judío, que siempre ha sido mucho menor que en el caso europeo. Nunca existió una Inquisición ni Holocausto en el mundo árabe. Los judíos siempre han tenido gran reputación en el mundo árabe como excelentes profesionales en los diversos campos del saber, de la ciencia, de la tecnología, del comercio, del arte. Muchos judíos eran asesores y médicos de sultanes y de reyes del mundo árabe. El ciudadano judío tenía el rol, como el cristiano, de dhimmi, al que se le toleraba vivir en tierras del Islam, como ciudadanos de segunda clase, sometidos a la ley musulmana.
El conflicto contra Israel tampoco es territorial, si así lo fuere, sería un objeto aún más codiciado la península ibérica, más de 26 veces mayor que tierra de Israel. La superficie del estado judío es de 22.145 km2. Las tierras árabes son más de 582 veces la de Israel. Irán no tiene fronteras con Israel y está obsesionada en destruir el estado judío.
Los países árabes no reclaman las tierras árabes ocupadas por Irán:
La región árabe del Al Ahwaz, Arabistán, con capital Ahwaz, está ocupada por Irán, que le ha cambiado el nombre por Juzestán, cuya superficie es de 375.000 km2 [17 veces mayor que la superficie de Israel], cuya reivindicación es permanentemente ignorada por los países árabes, y nadie del mundo árabe y/o musulmán toma el más mínimo interés por sus ocho millones de hermanos árabes, sometidos a la ocupación iraní.
Los países árabes tampoco reclaman las tierras árabes ocupadas por Turquía:
La región de Hatay, Iskenderun, -Alejandreta-, es tierra siria usurpada por Turquía en 1935, con una superficie de 9.887,565 km², algo menos de la mitad de la superficie de Israel; tampoco está en la agenda de reclamaciones de ningún país árabe –exceptuando las silenciosas y tenues reclamaciones de Siria- ni de la Liga Árabe.
Tampoco es por una pretendida ansía por el derecho de autodeterminación del colectivo árabe-palestino, que no es ni nación ni pueblo
El derecho de libre determinación de los pueblos o derecho de autodeterminación es el derecho de un pueblo a decidir sus propias formas de gobierno, perseguir su desarrollo económico, social y cultural y estructurarse libremente, sin injerencias externas y de acuerdo con el principio de igualdad. Si no hay pueblo, ni nación, no se puede aplicar el derecho a la autodeterminación.
A partir de 1960, la definición de los pueblos coloniales como sujetos de la libre determinación supuso un impulso esencial para la descolonización y colaboró en una auténtica universalización de la sociedad internacional.
La resolución de la Organización para la Unidad Africana (OUA) sobre conflictos fronterizos, de 1964, declara que las fronteras de los Estados árabes tal y como se definieron en su independencia son "una realidad inmutable". Con posterioridad, ante la separación de Biafra respecto de Nigeria en 1967, la OUA expresó "su condena respecto a la secesión en los Estados miembros".
Los países árabes ignoran la petición de sus hermanos saharauis para que les apoyen frente al invasor y colonizador Marruecos para que reconozca el derecho de autodeterminación. Marruecos apoya cínicamente la pretendida autodeterminación de los “palestinos” a la vez que oprime a los saharauis.
La Autoridad Palestina con Yasser Arafat al frente apoyó la invasión y anexión iraquí de Kuwait en 1990, y su líder Abu Mazen considera que no hay más ocupación que la israelí, por lo que la ocupación de tierras árabes y turcas por Irán y Turquía no son ocupaciones, ni el Tibet, ni Gibraltar, para la dirigencia árabe-palestina.
Ningún independentista apoyaría la ocupación, invasión y anexión de un país por otro, a no ser que en realidad no sea aquello que dice y pretende ser, independentista, como es el caso de los árabe-palestinos, que no son independentistas, sino que es son antiisraelíes, el antisemitismo en versión moderna.
¡Se imaginan un independentista catalán o vasco que se alegrara en el hipotético caso que Alemania ocupase y anexionase Dinamarca! La dirigencia árabe-palestina, con Yasser Arafat al frente, apoyó la anexión de Kuwait llevada a cabo por Saddam Hussein. Las discrepancias de algunos dirigentes árabe-palestinos se centraron en las posibles repercusiones y pérdida de apoyo de los países del Golfo, que en la década de los 90, estos habían proporcionado diez mil millones de dólares a la Autoridad Palestina, y no por solidaridad por la libertad de Kuwait.
Judea-Samaria y Gaza no tienen equivalencia con el colonialismo europeo
La autodeterminación se ha dado en las colonias frente a la metrópoli, como el caso de los países americanos y africanos frente a España, Portugal, Gran Bretaña, Francia, Italia, Bélgica ¿pero que metrópoli judía, y cuándo, ha existido en Europa?
Los judíos llegaron a Europa al ser deportados como esclavos por los romanos, y no se fueron voluntariamente a Viejo Continente para hacer turismo, ni emigraron por motivos económicos, como los musulmanes actualmente, o anteriormente los europeos a sus colonias. Cuando los europeos se expandieron por sus colonias, partieron de sus metrópolis, pero cuando gran parte del remanente judío europeo fue a Israel, no partía de ninguna metrópoli europea. No ha existido una metrópoli judía europea. Los judíos que fueron a Israel no fueron enviados por ningún país judío europeo, por la simple razón de que nunca ha existido un estado judío en Europa.
El pueblo judío nunca aspiró a judaizar a los europeos, sino que sufrió conversiones forzadas, pogromos, Inquisición, aniquilaciones, y el horrendo Holocausto.
El odio contra Israel es de base religiosa
Los profetas de Israel profetizaron múltiples veces que el pueblo judío volvería a Israel, al Israel completo, a la tierra que el Dios de la Biblia prometió para el pueblo judío. La lectura que los islamistas hacen del Corán es que todo el orbe, todos los países de la tierra serás islamizados.
El profeta Yoel 4:1-2: Por cuanto he aquí que en aquellos días y en aquel tiempo, cuando hiciere retornar a los cautivos de Judá y Jerusalem, reuniré a todas las naciones y las traeré al valle de Yehoshafat, y las he de juzgar allí, por Mi pueblo y por Mí herencia Israel, a quien esparcieron entre las naciones, y dividieron Mi tierra.
El cristianismo acepta las escrituras del Tanaj [Antiguo Testamento] y cree en la veracidad de las profecías bíblicas. Israel es una señal para las naciones, ya que es usado en el reloj profético de Dios. Los profetas afirman que la restauración de Israel está relacionada con el comienzo del reino del Mesías y con el juicio de las naciones, ya que a través de Israel, Dios juzgará a las naciones. La unión de Israel es el indicador temporal para el juicio de las naciones. ¿Cuándo?, cuando Israel sea restaurado, Dios también reunirá a las naciones para juzgarlas.
Para los islamistas el conflicto árabe-israelí es una guerra religiosa, como explica en un artículo del 5 de marzo de 2010 Hamed Aghbariya, editor del diario árabe-israelí Sawt Al-Haqq Wal-Hurriya, afiliado al Movimiento Islámico, en el que afirma que el conflicto árabe-israelí es en su esencia una lucha religiosa: "Es como si estuvieran diciendo que todo lo que ha sucedido desde la caída del Califato islámico y la dada a conocer Declaración Balfour no constituyen una guerra religiosa. Como si la guerra de 1948 contra toda la nación musulmana no fue una guerra religiosa y la ocupación en 1967 de los territorios y la profanación de la Mezquita Al-Aqsa no es parte de una guerra religiosa, y todas las otras guerras y planes de judaización no fueron parte de una guerra religiosa. Como si la guerra contra Gaza no fue una guerra religiosa, y lo que está sucediendo hoy día en Al-Aqsa y Jerusalén no está vinculado a una guerra religiosa. Como si el judaísmo a nivel mundial y sus dirigentes no han declarado una guerra religiosa desde el primer momento en el Congreso de Basilea, cuando anunciaron que el objetivo de su empresa era realizar el sueño de regresar a la tierra de sus antepasados… “ .
El islamismo afirma que el judaísmo y el cristianismo son falsos. La Torá como el Nuevo Testamento cristiano creen que el Mesías vendrá, para los cristianos volverá, y con él habrá el Tercer Templo. Los dos edificios musulmanes impiden ese cometido. El Corán predice que toda la humanidad será islamizada. La Torá y el Nuevo Testamento contradicen el Corán, y viceversa. El Domo de la Roca y la Mezquita del Al-Aksa “confirman” a los ojos de los musulmanes que sólo es verdadero el Corán. De ahí procede el gran pavor y temor de los islamistas a la independencia del pueblo judío en su propio hogar, la Tierra de Israel, y la obsesión enfermiza de aquellos, como los mulás de Irán, en destruir Israel, para evitar que pueda ser levantado el Tercer Templo.
El reconocimiento de Israel como estado judío implicaría abandonar la concepción por la cual un estado considerado “hereje” por los islamistas no tiene lugar ni derecho a la existencia en Dar al-Islam, la Casa del Islam. Todo otro reconocimiento que no contemple a Israel como estado judío es una forma de ganar tiempo hasta que haya mayoría demográfica árabe-palestina, al estilo conocido de los pactos de Muhamad en el Jaibar.
Los musulmanes consideran que el conflicto tiene más de 1.431 años de antigüedad, y que comenzó “cuando el profeta Muhammad comenzó a predicar la palabra de Alá”.
El reconocimiento de Israel implicaría en la visión islamista que la “herejía” pueda coexistir con el Islam.
El Islam –basándose en el Corán- considera que todo el orbe será musulmán. El Judaísmo y el Cristianismo creen que “De Sión vendrá el Libertador”
En la declaración Nostra Aetate del Concilio Vaticano II de 1965:”la Iglesia Católica reconoce que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los Patriarcas, en Moisés y los Profetas, conforme al misterio salvífico de Dios. Reconoce que todos los cristianos, hijos de Abraham según la fe, están incluidos en la vocación del mismo Patriarca y que la salvación de la Iglesia está místicamente prefigurada en la salida del Pueblo Elegido de la tierra de esclavitud. Por lo cual, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel Pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dignó establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles. Cree, pues, la Iglesia que Cristo, nuestra paz, reconcilió por la cruz a judíos y gentiles y que de ambos hizo una sola cosa en sí mismo".
El apóstol Pablo en su epístola a los Romanos, capítulo 11, dice en los versículos: 1. Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo (Israel)? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2. No ha desechado Dios a Su Pueblo [Israel], al cual desde antes conoció. 11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 26. Y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.
Pablo reproduce el texto del profeta Isaías 59:20-21: Entonces el Redentor vendrá a Sión. Y a los de Jacob que se arrepientan de la transgresión, el Eterno les dice: "En cuanto a mí, éste será mi Pacto con ellos: ’Mi Espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tu boca no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes, desde ahora y para siempre’ ", ha dicho el Eterno.
La guerra del Islamismo contra Israel es el Yihad para que el Islam venza a la Torá, y la Biblia. Es una guerra ideológica, en la que los islamistas creen con absoluta fe en la supremacía del Islam sobre el resto de ideologías.
Para los devotos musulmanes el Islam emana de Alá, y el resto de ideologías y religiones son creadas y elaboradas por los hombres, y es un deber religioso musulmán extirpar de raíz toda ideología que no sea el Islam.
El jefe del movimiento islamofascista Hisbulá, Hassan Nasralá ha declarado que “mientras Israel exista, la paz nunca existirá en la región”.
Los islamistas “necesitan” imperiosa y categóricamente vencer y destruir a Israel, reislamizar Jerusalem e Israel como condición sine qua non e imprescindible para poder “demostrar” la validez del Corán y su supremacía sobre la Biblia. Si el Islam vence a Israel, la Biblia se basa en falsedades, automática y consecuentemente los cristianos serán derrotados seguida y rápidamente, ya que se sustentan en errores y mentiras. Entonces el Islam vencerá y dominará el mundo, como aseguró Muhammad a sus seguidores, según recopilan los hadices, y el Yihad vencerá fácilmente en todo el orbe. El Islam podrá imponerse absoluta y rápidamente en toda la tierra.
Esta argumentación teológica puede resultar absurda, pueril y ridícula para los no-musulmanes, ateos, agnósticos y los creyentes de otras religiones, pero para los islamistas es el motor de toda su actividad bélica, de su Yihad.
La validez y consideración que los islamistas conceden a estos hadices permite comprender las motivaciones, aspiraciones y acciones de los islamistas, y de los regimenes de Arabia Saudita y de Irán. Los islamistas luchan y guerrean para poder ondear el estandarte del Islam sobre los cinco continentes.
El odio del régimen islámico de Irán hacia Israel y del mundo árabe y musulmán se cementa y basa en estas consideraciones teológicas. No es un odio a Israel por como es, sino porque es, -porque existe-, y porque la “derrota” de Israel es el paso previo inmediato a la victoria mundial del Islam, el epifenómeno de la supremacía del Islam.
Por mucho territorio que ceda Israel a los árabes, metamorfoseados en “palestinos” no calmará la sed totalitaria y supremacista del islamismo, ni aunque algún dirigente musulmán lo aceptase, sería este respetado por los islamistas, como refleja el caso del asesinato de Anwar el-Sadat, cometido por un islamista de la Hermandad Musulmana egipcia, por haber firmado la paz con Israel, y como también lo manifiesta explícitamente, y con lanzamiento de misiles, Hamás, que aunque Israel se haya retirado y transferido Gaza, este movimiento islamista continúa aspirando a destruir el estado judío.
La experiencia histórica nos enseña que el principio de paz por territorios no sirve para apaciguar al totalitarismo. Es el caso del apaciguamiento de Chamberlain con respecto a la Alemania nazi y la Conferencia de Munich de 1938, que permitió a la Alemania nazi anexionarse los Sudetes, no sólo frenó al totalitarismo nazi en sus ansias expansionistas, sino que le dio mayor empuje y fuerza al verse legitimizado en sus peticiones y reclamaciones, fuerza proporcional a la debilidad que observó en los apaciguadores europeos.
Refugiados árabes y refugiados judíos
135 millones de refugiados en el siglo XX huyeron de la India, la Unión Soviética, Polonia, Rumania, Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia, Holanda, Grecia y los Estados musulmanes como Turquía, Pakistán, Bangladesh, Irak, Argelia, Indonesia, Kuwait, Sudán, Marruecos, Yemen, Siria, Egipto, Irán, Libia, etc.
En 1945, como resultado de la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial y el Acuerdo de Potsdam, Alemania perdió una cuarta parte de su territorio y doce millones de alemanes fueron expulsados. Las estimaciones de muertes asociadas con la expulsión de los alemanes están en el rango de cuatrocientos mil a tres millones. En 1948, los árabes palestinos y cuatro miembros árabes de la ONU fueron a la guerra – no sólo contra Israel, sino también contra la decisión de la ONU para una solución de dos Estados en Palestina. En 1948, más de 150.000 árabes permanecieron en Israel, y adquirieron automáticamente la ciudadanía israelí, actualmente han crecido a más de 1.200.000 árabes ciudadanos de Israel. En el mismo tiempo, los árabes expulsaron, o asesinaron, a todo judío que vivía en la sección de la Palestina que aquellos controlaron. Hoy no queda ningún judío en Judea-Samaria y Gaza o las áreas controladas por la Autoridad Palestina.
Se calcula que el número de los refugiados árabes fue alrededor de unos 630.000. Estos se marcharon voluntariamente de Israel en 1948, salieron para dejar el campo libre para que los ejércitos árabes pudieran combatir y eliminar libremente a los judíos, por petición de la dirigencia árabe. El número de los refugiados judíos expulsados de las naciones árabes se calcula que es aproximadamente 900.000. Las pérdidas sufridas por los judíos pueden evaluarse en 200 mil millones de dólares norteamericanos contra valores diez veces inferiores para los árabe-palestinos.
En 1948 los dirigentes árabes animaron a los colonos árabes a salir temporalmente de Israel para poder combatir a los judíos, para poder disparar a discreción, prometiéndoles limpiar la tierra de judíos. Un sesenta y ocho por ciento de ellos se marcharon sin haber visto jamás a un solo soldado israelí. Los refugiados judíos se vieron obligados a huir de los países árabes debido a la brutalidad, la persecución y los pogromos de los árabes contra los judíos que vivían en dichas tierras, muchos siglos antes de que el Islam naciese.
Los refugiados árabes no fueron absorbidos ni integrados por sus hermanos y correligionarios de los países árabes a los que huyeron, a pesar del extenso territorio árabe.
De los 135 millones de refugiados desde la II Guerra Mundial, un 0,5 por cientos eran árabe-palestinos, y ese es el único grupo de refugiados en todo el mundo que no ha sido nunca absorbido ni integrado en las tierras árabes. La mayoría de estos refugiados eran desplazados internos.
Los judíos que vivían en países árabes fueron expulsados, muchos de ellos asesinados, llevando a cabo una política de limpieza étnica. Israel absorbió e integró de inmediato a los refugiados judíos, los desplazados internos palestinos y sus descendientes son el único permanente de los "refugiados". En cualquier momento durante los últimos años, los gobiernos árabes podrían haber ayudado a los desplazados internos palestinos árabes a establecer una vida digna. Se podría haber creado la infraestructura de una Palestina autónoma en Judea y Samaria (Cisjordania) y la Franja de Gaza que Jordania y Egipto respectivamente controlaban hasta 1967, o alentado el reasentamiento de los palestinos en Jordania, su auténtica patria, lo que constituye la mayor parte del mandato original de Palestina. En lugar de financiar la Organización de Liberación Palestina para fomentar el terror contra Israel, los regímenes árabes podrían haber dotado las escuelas y universidades a los palestinos. Lo que hizo Israel de los palestinos árabes y los refugiados judíos de tierras árabes, los árabes podrían haber hecho mucho más suntuoso de los árabes palestinos desplazados por el conflicto mismo. En cambio, los dictadores árabes cultivaron las generaciones de los "refugiados" y se centró en lo que los árabes palestinos perdieron al intentar destruir a Israel. Estos "refugiados" soportaron la opresión brutal y sin paliativos que sufren a manos de los dictadores árabes de acogida, y sus propios corruptos dictadores Yasser Arafat y los líderes palestinos se repartieron los miles de millones de dólares en dinero de la ayuda internacional y utilizaron los fondos robados para enriquecerse y aumentar las milicias terroristas.
Si los refugiados de África y Asia pudieron ser absorbidos por Europa y América, ¿por qué no se integró y absorbió a los refugiados árabes palestinos por parte de sus hermanos árabes? Si judíos de diversas culturas, como Rusia y Etiopía pueden ser absorbidos por sus hermanos en Israel, ¿por qué no pueden mostrar los árabes a sus hermanos palestinos la misma hospitalidad? Incluso, si los árabes palestinos hubieran sido expulsados de sus hogares, ¿en qué manera se diferencian de los judíos que fueron expulsados de sus casas en Marruecos, Egipto, Argelia, Siria, Irak e Irán, por no hablar de los países de Europa? La respuesta es que los refugiados palestinos en los países hermanos árabes no fueron tratados como seres humanos, sino como peones en un juego político cruel.
Israel concedió nacionalidad a todos los árabes que vivían en su territorio, después del 1948. El árabe es idioma oficial, juntamente con el hebreo, en Israel.
La Liga Árabe determinó que los palestinos que vivían en los países árabes no podían adquirir la ciudadanía, lo que se está cumpliendo. Por ejemplo, el medio millón de descendientes de los árabes palestinos que viven, y han nacido, en Arabia Saudita, están excluidos de la naturalización.
La Autoridad Palestina ha declarado que prohibirá la presencia de judíos en su “futuro” estado palestino, y que “todo judío que se encuentre dentro de las fronteras de Palestina tendrá que salir, lo que considera que es un paso muy necesario para el desarrollo de la identidad nacional”.
La Autoridad Palestina no piensa dar nacionalidad palestina a los descendientes de los refugiados en su pretendido estado palestino. Abdullah Abdullah, embajador palestino en Líbano aseguró el 15 de septiembre de 2011 a The Daily Star Lebanon, que “los refugiados no serán ciudadanos del nuevo estado”.
Otro “error” de los árabes, y de los árabe-palestinos, de Abu Mazen, que exigirán nuevamente que Israel pague.
Las constituciones de la OLP. y de Hamás aún siguen pidiendo la destrucción total del Estado de Israel. A pesar de que los israelíes estén dispuestos a ceder parte de su tierra para que los árabes-palestinos puedan tener su estado. Setenta por ciento de la tierra en el este de Jerusalem la que la prensa ahora llama, "Este de Jerusalem, históricamente árabe," ha sido propiedad de los judíos desde 1947.
El drama personal de los hijos, nietos y bisnietos de aquellos árabes que salieron de Israel para permitir que los ejércitos de sus países árabes hermanos pudieran aniquilar libremente a los judíos es total responsabilidad aquellos árabes y de la dirigencia árabe-palestina que no ha querido integrarlos y absorberlos, así como de la Liga Árabe, y de Jordania, la patria de los árabe-palestinos, por su rechazo a integrarlos y mantenerlos como moneda de cambio, cosa que ningún país ha hecho con sus hermanos y correligionarios. También es responsabilidad de la dirigencia árabe-palestina y de Jordania el haber hecho limpieza étnica y haber expulsado, y en muchos casos, asesinado, a los judíos que vivían en esas tierras, mucho antes que fueran invadidas por el Islam.
Los continuadores del terrorismo, Hamás –que actualmente gobiernan a los árabes palestinos-no sólo no quiere reconocer parte del territorio de Israel, sino que en su carta constitucional piden la destrucción de Israel.
¿La creación de un estado palestino permitiría solucionar el conflicto árabe-israelí?
Muchos israelíes, cansados de tantas guerras, de tantas bajas, creen que la creación de un estado palestino permitiría llegar a la paz, es la teoría de “tierras por paz”, “cedemos parte de nuestras tierras para acabar con el conflicto”. Muchos israelíes se han llegado a auto engañar al aceptar como verdadero que los palestinos son un pueblo recién nacido, con el objetivo de alcanzar la paz cediendo tierras, pero la paz no vendrá con el cese de tierras, nada más lejos de la realidad.
“Cuando tengamos un estado aceptado como miembro de las Naciones Unidas, este no es el fin del conflicto. Esto no es una solución al conflicto. Esto es sólo un nuevo marco que va a cambiar las reglas del juego” declaró el embajador de la Autoridad Palestina, Abdullah Abdullah.
Incluso después de que la comunidad árabe-palestina tenga su estado, continuará el conflicto, ya que "incluso los refugiados palestinos que viven en [campos de refugiados] dentro del estado [palestino], seguirán siendo refugiados. No serán considerados ciudadanos", añadió Abdullah.
El pretendido nuevo estado no les proveerá a estos residentes ningún servicio: Espera que UNRWA – o, más exactamente, los contribuyentes estadounidenses y europeos, que proporcionan el grueso de la financiación de esa organización – continúe proporcionando su educación, salud, prestaciones sociales, etc. Así que, casi la mitad de todos los palestinos en la Margen Occidental y la Franja de Gaza, no serán ciudadanos del estado que exigen sea creado para que estas mismas personas tengan un estado.
Israel absorbió, a pesar de las dificultades económicas del momento, a los judíos expulsados del mundo árabe, y logró integrarlos, lo que le permitió al cabo del tiempo engrandecer y enriquecer en todas las áreas el país. Lo que fue bueno a Israel, absorber y ayudar a los nuevos refugiados judíos, también sería bueno para los árabe-palestinos, si real y honestamente lo que buscan es la creación de un estado propio, que podrán gozar de los abundantes petrodólares que les proporcionarían los países árabes, si realmente lo que les interesa es el bienestar de estos árabe-palestinos.
La dirigencia árabe-palestina está exigiendo un estado para poder, más efectiva y eficientemente, seguir su guerra contra Israel, con el objetivo de destruir el estado judío. Para este menester, esta dirigencia cuenta con la complicidad de todo el mundo árabe, al que le es completamente indiferente la situación de los árabe-palestinos.
La creación de un estado palestino en la tierra de Israel serviría como base para que el Yihad contra Occidente sea más potente, al aproximarse, en las mentes islámicas, el día de la aniquilación de Israel.
La retirada israelí de Gaza emprendida por Ariel Sharon durante la segunda quincena de agosto de 2005 no sólo no permitió avanzar hacia la paz, sino que dio alas al islamista Hamás, que presentó la retirada israelí como derrota de los “infieles sionistas” ante el Islam y Alá, conseguido a través del Yihad [terrorismo], lo que le permitió ganar las elecciones en la Franja, y proseguir con más intensidad los ataques y lanzamientos de misiles contra Israel.
El antisemitismo en el mundo árabe y/o musulmán se plasma en la petición de la creación de un estado Palestino, no por si mismo, sino como arma contra Israel.
El mundo árabe guerreó, combatió desde el exterior contra Israel, y perdió las guerras. Ahora quiere dinamitar a Israel desde dentro, y cuenta para ello con todos los países musulmanes, y con los colaboracionistas del totalitarismo islámico. La creación de un estado palestino sería el Caballo de Troya que el islamismo quiere penetrar en el seno de Israel.
¿España aceptaría graciosamente la independencia de “Catalunya” y “Euskadi”, pueblos anteriores a la unión dinástica, que no de pueblos, de los Reyes Católicos?
¿Aceptarían los secesionistas catalanes en caso de conseguir la independencia, una partición de su hipotético recién nacido estado con un Estado Ibero del Nordeste en la zona comprendida por el “cinturón rojigualdo”, reivindicado por una posible “Autoridad Nacional Ibérica”, compartiendo su capitalidad en Barcelona?
¿Aceptarían los secesionistas vascos en caso de conseguir la independencia, una partición de su hipotético recién nacido estado con un Estado Ibero del Norte en la zona comprendida por el condado burgalés de Treviño, y Vitoria-Gasteiz con el nombre de “Autoridad Nacional Ibérica”?
Desde que España perdió Gibraltar en 1713 ¿ha habido algún gobierno español que haya alentado el terrorismo contra el Reino Unido?, sabiendo todos que Gibraltar pertenece al pueblo español, por geografía y por historia.
Los países árabes circundantes a Israel han alentado, protegido, fomentado, pertrechado, financiado el terrorismo árabe e islamista contra Israel.
Legitimar la petición árabe-palestina permitirá la secesión de cualquier territorio peninsular, con más motivo. Y también legitimizaría el u