Por Momy Sultán
La comunidad judía húngara vivió en relativa calma hasta marzo de 1944, y eso empezó a cambiar cuando los alemanes decidieron eliminar al almirante Miklós Horthy.
La operación fue realizada por el coronel Otto Skorzeny, citado el 10 de septiembre de 1944 a la “Guarida del Lobo” o refugio de Hitler, donde le comunicaron que Horthy quería hacer una paz separada con los rusos, y si se rendía 120 divisiones soviéticas caerían sobre el millón de hombres que eran aproximadamente las fuerzas alemanas en Hungría.
Aunque había muchas noticias contradictorias, todos coincidían en que el veterano almirante estaba muy influido por su hijo menor Miklós “Miki” Horthy, el “Enfant Terrible” de la familia, famoso por su vida licenciosa y desordenada, no obstante se había convertido en el niño bonito de su padre desde que su hermano mayor Istvan que era piloto murió en el frente ruso.
Skorzeny supo que Miki había comenzado conversaciones para rendirse a los rusos, empezó lo que se llamó “Operación Mickey Mouse”. El sábado 15 de octubre el joven Horthy se citó con los rusos en un piso de una plaza cerca del Danubio, los alemanes irrumpieron en la vivienda y en una acción que duró diez minutos tomaron prisionero a “Miki”, fue envuelto en una alfombra y trasladado al aeropuerto.
En una operación relámpago denominada Panzerfaust, tomaron el Burgberg que era la colina donde residía el almirante Horthy, con un saldo de menos de veinte bajas alemanas. Horthy fue trasladado en un tren especial a Alemania “Como Invitado del Führer”, abdicando inmediatamente, le sucedió al germanofilo Conde Ferenc Szálazi, jefe del partido Cruzflechista.
Unos 825.000 judíos vivían en Hungría, y en las regiones que Hungría se había anexado con la ayuda de Alemania al final de los años treinta y al principio de la guerra.
El 19 de marzo de 1944 el ejército alemán entró en Hungría, y el gobierno pro nazi de Döme Sztojay se instaló bajo su patrocinio, accedió a ayudar a los alemanes.
Himmler dió instrucciones a Eichman de organizar y dirigir un grupo especial de la S.S,, para la deportación y eliminación de los judíos. el 19 de marzo de 1944 Eichman llegó a Budapest y empezó a poner en práctica “La Solución final”.
En un período de nueve semanas entre fines de abril y el 4 de julio, Eichman envió a Auschwitz cerca de medio millón de judíos húngaros con la ayuda de la S.S. y varios miles de policías húngaros. A principio de julio de 1944 solo quedaban en Budapest y sus alrededores 247.000, el 29 de noviembre el gobierno húngaro publicó una orden donde prohibían vivir fuera de los dos ghettos que tenían asignados.
Cuando el ejército ruso bloqueo Budapest el 24 de diciembre de 1944, se extendieron muchos rumores que los Cruzflechistas iban a volar las viviendas de los judíos, esa tortura cesó cuando los soldados rusos irrumpieron en el ghetto la noche del 17 de febrero de 1945, ese día quedaban en la capital 125.000 judíos de los cuales 30.000 se habían salvado gracias a la defensa y protección de los países neutrales, uno de esos países fue España, “aunque usted no lo crea”.
En junio de 1944, llegó Angel Sanz Briz a Budapest a encargarse de la Legación Española. Las comunidades de Tánger y Tetuan fueron los primeros en formular su petición al gobierno español para que ayudara a salvar judíos. Varios cientos de judíos húngaros habían hallado refugio en Tánger antes de la guerra y algunos hicieron prósperos negocios como la familia Reichman.
El 22 de mayo de 1944, los presidentes de estas comunidades apelaron al Alto Comisario de España en Marruecos, para que autorizar la entrada en Tánger de 500 niños en edades comprendidas entre cinco y quince años con 70 adultos que los acompañaban.
El 20 de julio de 1944, Angel Sanz recibió instrucciones junto con la Cruz Roja de seleccionar a niños judíos, y solicitó de organizaciones judías que le enviaran a niños que habían quedado huérfanos durante la guerra.
En septiembre de 1944, volvieron a acceder a la petición de los dirigentes judíos de Tánger de que España concediera visados de entrada a 700 judíos.
El ministerio de Asuntos Exteriores proporcionó a Angel Sanz su pleno apoyo a todas sus solicitudes, apoyo que tanta falta le hacia en su tarea para salvar judíos en Hungría.
El 15 de julio de 1944 envío un informe sobre la legislación antisemita húngara, y comentó que para las autoridades, sólo la guerra era mayor preocupación que la cuestión judía, Sanz Briz conocía toda la tragedia del pueblo judío húngaro con todos sus penosos detalles.
No hay una cifra exacta de judíos que salvó Sanz Briz, los documentos españoles atestiguan que salvó unos 5.200 y también lo corroboró su viuda Sra. Adela Quijano, pero de otras fuentes como el escritor y catedrático Haim Havni considera esa cantidad entre 2.000 y 2.800. En Budapest alquiló 8 edificios y los puso bajo la protección de la Legación Española, había hasta 30 personas por habitación, reunió entre los refugiados 100 expertos calígrafos y dibujantes para falsificar documentos, pasaportes y órdenes de los alemanes y españoles.
La Legación logró 200 pasaportes y salvoconductos para judíos sefarditas, el cual los multiplicó para que sirviera a una familia completa, y después los falsificaron.
Añadiendo letras a la numeración original todos estos se multiplicaron para salvar judíos, la policía le entregó una orden donde le indicaban que entregaran a los alemanes los judíos que tenían en la Legación, los falsificaron y los alteraron en sentido contrario.
Expedió pasaportes españoles con una validez de tres meses a 45 judíos españoles, 352 judíos más recibieron pasaportes especiales, y 1898 cartas de protección.
Cuando los rusos estaban por entrar en Budapest, Sanz Briz temió por su seguridad, como representante de un país que había colaborado con los alemanes, salió de Budapest en secreto unos días antes que entraran los rusos, sus protegidos y las casas por él amparados quedaron indefensos, pero no las tocaron, entonces es cuando entra un nuevo personaje en la Legación Española, Giorgio Perlasca, quien fue la persona que se quedó en la Legación cuando el cónsul español la abandonó.
Nació en Triste (Italia), actualmente tendría 91 años, y vivió en Padova (Italia).
Perlasca luchó como voluntario en la guerra civil española (1936-1939), con las tropas franquistas el gobierno español le facilitó un salvoconducto donde le especificaban que podría acudir a las legaciones españolas en cualquier parte del mundo si se encontraba en dificultades. No estaba de acuerdo con el fascismo, en su familia los alemanes eran vistos con antipatía, y sus mejores amigos eran judíos.
Entró en la compañía Saib que importaban de varios países europeos y a él lo mandaron a Budapest. Cuando los nazis húngaros (Los Nylaz) lo buscaron, logra refugiarse en la Legación Española, donde le entregan un pasaporte español a nombre de Jorge Perlasca, con rango diplomático e igualmente un automóvil con placa diplomática, gracias a eso pudo salvar muchos judíos.
Comentò Perlasca, en la estación de Budapest, mayo de 1944 : “ Veo transportar a un grupo de judíos a los campos de exterminio, en un momento de descuido de los alemanes observó a unos gemelos de unos once años y les dijo que se introdujeran en su automóvil, un mayor le amenazó con su pistola y le contestó que estaba bajo la protección de la Legación Española, en ese momento apareció un coronel y le dice al mayor : “Mayor para tipos como este ya les llegará su hora”, ese coronel era Adolf Eichman. Recuerdo que mi última acción fue ayudar a dos hermanas que habían sido llevadas al Danubio para asesinarlas; eran niñas, hoy en día son abuelas como yo”.
El día 16 de octubre de 1994 en una sesión solemne en el parlamento húngaro, el presidente de Hungría condecoró a la viuda de Angel Sanz Briz, Sra. Adela Quijano con la máxima condecoración húngara, “La Cruz de la Orden del Mérito de la República Húngara”, y dijo lo siguiente : “Señora, debe sentirse orgullosa y honrada de la labor que desarrolló su marido, solo siento el gran dolor de no haberlo conocido personalmente”.
En mayo de 1998, con ocasión del 50 aniversario de Israel, el Ayuntamiento de Madrid le puso el nombre de Angel Sanz Briz a una calle del viejo Madrid, con la participación en el acto de altas personalidades del gobierno de Israel.
La Sra. Adela Quijano en una entrevista que le hicieran, dijo que uno de los recuerdos que guarda con más cariño, es un folleto escrito en un bello sefardí, la vieja lengua de los judíos españoles que termina en estos términos : “Un Hidalgo Español al servicio de Dios y la humanidad en Budapest”, por Isaac R. Molho.