El ejemplo del kibutz israelí
05/07/2012
El patético rol del intelectual
09/07/2012

Por Guido Maisuls
Con la globalización mundial y el explosivo desarrollo económico actual se han incrementado sin precedentes históricos el desarrollo de nuevas tecnologías donde el dinero y las mercancías interactúan de manera tal que afectan profundamente las vidas de todos los habitantes del planeta.
Los llamados "indignados" de todo el mundo han salido a las calles de la mayoría de las grandes capitales de todos los países y continentes para exigir un cambio urgente y profundo en la economía global, protestar enérgicamente contra el poder político que la sustenta y cuestionar los recortes presupuestarios y la precariedad en el empleo.
Muchas veces no nos queremos inmiscuir con los temas económicos como si esto perteneciera únicamente al área exclusiva de grandes y prestigiosos especialistas pero en la era de las comunicaciones tenemos la posibilidad de conocer e inmiscuirnos en la cruda realidad que nos circunda.
Quizás ignoremos que actualmente millones de personas están condenadas a subsistir con menos de un dólar por día, y que la mitad de la población mundial vive con apenas 2 dólares diarios.
Posiblemente desconocemos que la desigualdad mundial aumenta rápidamente y también crece la desigualdad entre "pobres" y "ricos" dentro de cada país. Que desde el año 1900 el ingreso medio en los países ricos con respecto a los pobres tenía una proporción de 1 a 4 y que hoy, en plena era de la globalización, la proporción es de 1 a 30.
Un informe del Banco Mundial define al hambre como "una sensación desagradable o dolorosa causada por la falta de alimentos". "Miles, cientos de miles de personas padecerán hambre. Los niños sufrirán de malnutrición, con consecuencias por el resto de sus vidas".
La persistencia de la pobreza y la desigualdad en el mundo de hoy no se puede justificar, la brecha entre ricos y pobres sigue aumentando día a día. Hoy, más de 3.000 millones de personas carecen de una vida digna a causa de la pobreza y el hambre; el desarrollo sostenible en el planeta está seriamente amenazado porque una quinta parte de la población mundial consume irresponsablemente, con la sobreexplotación de los recursos naturales.
Mientras tanto el resto del planeta sigue girando con su injusta rutina habitual donde millones y millones de dólares son destinados a la fabricación de sofisticados armamentos para la industria de la muerte, millones y millones de dólares van dirigidos en forma insulsa al consumo de productos suntuosos y extravagancias superfluas, millones y millones de dólares se dilapidan impúdicamente en pornografía y prostitución, miles y millones de dólares se gastan en los monumentales circos deportivos donde solo le dan a la gente circo pero no pan es decir circo sin pan.
El crecimiento económico espectacular generado en los últimos años no ha contribuido a garantizar los derechos humanos ni a mejorar las condiciones de vida; al contrario, ha aumentado la desigualdad y la injusticia hasta niveles realmente escandalosos.
A todos aquellos que… Venden al justo por plata,
Y al necesitado por zapatos;
Ellos, que codician hasta el polvo de la tierra
Que se encuentra sobre las cabezas de los pobres,
Y desvían el camino de los humildes.
Amós 2:6-7; cf.5:11
¿Qué tenemos que ver nosotros con la justicia social?
Hoy, en lugar de que trabajemos mancomunadamente por un orden social más justo en la sociedad, la gran mayoría de nosotros los seres humanos, apenas sobrevivimos abrumados por sentimientos de pesimismo, frustración, egoísmo, materialismo y hedonismo, que nos impide enfrentar estas injusticias que ensombrecen nuestra vida y la de los demás.
"No puede haber una sociedad floreciente y feliz si la mayor parte de sus miembros son pobres y desdichados" Adam Smith "La Riqueza de las Naciones"
Tikún olam es una frase en hebreo que significa "reparar el mundo", son las palabras claves que explican con claridad el concepto judío de justicia social y para poder reparar este mundo que vivimos, se nos impone un gran desafío como seres humanos: el honroso legado de ser "una luz para  las naciones"
¿Qué es ser hoy "luz para las naciones"?
Ser “luz para las naciones” es oponernos activamente  a las injusticias que percibimos en nuestra rutina cotidiana, es trabajar incansablemente por la justicia social desde nuestras imperfecciones y debilidades, es atrevernos desde nuestros humildes lugares a hacer de este mundo un lugar realmente digno de ser vivido.
"¿Creéis que el ayuno que me agrada consiste en afligirse, en agachar la cabeza como un junco y en acostarse entre ásperas ropas, sobre ceniza? ¿Eso es lo que vosotros llamáis ayuno y día agradable al Señor? Pues no lo es. El ayuno que a mí me agrada consiste en esto: en que rompas las cadenas de la injusticia y desates los nudos que aprietan el yugo; en que dejes libres a los oprimidos y acabes con toda tiranía; en que compartas tu pan con el hambriento y recibas en tu casa al pobre sin techo; en que vistas al que no tiene ropa y no dejes de socorrer a tus semejantes" (Isaías 58:5-7).
Querido Lector: Tu estas pleno de sueños, tu ser rebasa de talentos y estoy seguro de que deseas modificar muchas cosas que no te agradan en tu entorno y en el de aquellos seres a los que tanto amas y por eso te digo: Aprovecha el momento, Vive el momento, Aprovecha la oportunidad y no esperes a mañana, porque puede ocurrir que mañana la oportunidad ya no exista.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *