De Sola y nuestro derecho al Esequibo

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Por José Félix Díaz Bermúdez
Uno de los venezolanos más meritorios que ha dedicado su ilustrada consideración como jurista al importante tema de nuestros derechos sobre el territorio Esequibo es el doctor René De Sola, exCanciller de la República, académico, profesor universitario, quien arriba a sus noventa y cinco años con apreciable solvencia moral y ciudadana, obra intelectual destacada, ejercicio responsable del derecho y de la magistratura puesta al servicio de Venezuela.
De Sola es uno de esos prominentes venezolanos que participaron de manera ejemplar en el rescate de las instituciones democráticas durante el proceso de transición política surgido luego de la caída de la dictadura militar de 1958, conducta que implicó ejercicio imparcial del gobierno, fidelidad patriótica, alto sentido de los deberes públicos en el esfuerzo de asegurar la recuperación de las libertades políticas, la moral, la legalidad, la soberanía popular conculcadas por el autoritarismo.
A lo largo de los primeros gobiernos democráticos en los cuales se planteó la recuperación territorial del Esequibo, la postura del Dr. De Sola fue significativa al evaluar nuestros antecedentes y derechos, reflexiva y crítica acerca de las medidas que entonces se adoptaron, orientadora en relación a las perspectivas del asunto conforme a la evolución de las realidades y el mejor aseguramiento de nuestros derechos como país.
En numerosos artículos, estudios, entrevistas y conferencias De Sola se evidenció como uno de los más autorizados conocedores del litigio y ha seguido con acertado juicio la evolución doctrinaria de las cancillerías democráticas venezolanas sobre el asunto y entre otras desde que el entonces Ministro de Relaciones Exteriores, el poeta Andrés Eloy Blanco, rechazó la amenaza británica a las costas guatemaltecas exigiendo contra el colonialismo la existencia de un:"Continente de pueblos de propia y soberana expresión".
De la misma manera, De Sola  ha destacado en el examen de tales antecedentes como el Congreso Nacional del año 1948 expresó el apoyo venezolano contra las agresiones coloniales inglesas en Chile y Argentina declarando de manera formal que: "Venezuela aspira a que se liquiden de una vez para siempre los rezagos del coloniaje en América", entre los cuales se encontraba en nuestro caso el infame despojo de su propio territorio y con respecto al cual hoy ninguna nación hermana se solidariza como corresponde.
Entre las más importantes manifestaciones de rechazo a los efectos de la política colonial en América y, en particular en Venezuela en cuanto al Esequibo se refiere, destacó el ilustre jurista la notable intervención de Rómulo Betancourt en la Novena Conferencia Internacional Americana de 1948, la cual influyó de manera significativa para que se adoptase una fundamental resolución en la cual se afirmó que: "el proceso histórico de la emancipación de América no habrá concluido mientras subsisten en el continente pueblos y regiones sometidas al régimen colonial o territorios ocupados por países no americanos", tal y como era en nuestro caso y con respecto al cual Betancourt declaró expresamente no renunciar a nuestras legítimas: "aspiraciones territoriales sobre zonas hoy en tutelaje colonial y que antes estuvieron dentro de nuestro propio ámbito".
Posteriormente, con respecto al debate surgido en el Congreso Nacional en el año 1965 sobre nuestra reclamación del Esequibo, la situación de la independencia de la Guayana Británica y su vinculación con el principio de anticolonialismo, el Dr. De Sola hizo referencia a ese acontecimiento al destacar el sentido de unidad política de todas las tendencias a favor de nuestros derechos y, por otra parte, al cuestionar aspectos esenciales del contenido y del alcance del: "Acuerdo de Ginebra" al considerar que el mismo dilataba inútilmente el proceso reivindicativo del territorio y además resaltando al respecto dos elementos primordiales: primero, que la adhesión por parte de Venezuela a los medios de solución pacífica: "no puede significar renuncia a los medios lícitos de presión reconocidos por el derecho internacional"  y, segundo, que: "nuestra cooperación económica con el nuevo Estado tiene que estar condicionada al reconocimiento que éste haga de nuestros legítimos derechos y que debe ser negada a quien nazca haciéndose solidario de un inicuo despojo y beneficiario de su producto".
Durante su gestión como Canciller el Dr. De Sola impulsó la posición política del Ministerio sobre el Esequibo disponiendo su continuación. Igualmente su postura fue requerida por varios gobiernos, entre ellos el del Dr. Caldera, al cual recomendó la posibilidad que Venezuela procurase otras alternativas de derecho ante el fracaso de las negociaciones directas y la violación por parte de Guyana del principio de buena fe internacional.
René De Sola es un venezolano trascendente que aún nos da lecciones de derecho, cultura, elevado patriotismo y dignidad civil.
Fuente: El Universal

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