Por Sal Emergui
"Se trata de un descubrimiento que ocurre una vez en la vida. Nos ha dejado a todos asombrados y casi sin palabras", confiesa la profesora israelí Eilat Mazar. Encabezando un proyecto de excavación de la Universidad Hebrea de Jerusalén, ha anunciado este lunes el hallazgo de un auténtico tesoro arqueológico. Va más allá de su naturaleza (oro) o edad (1.400 años, época bizantina) ya que, como dicen en el centro universitario, "posee una dimensión internacional".
El equipo de Mazar ha hallado un medallón dorado con famosos símbolos judíos como el candelabro (Menorá), el instrumento ritual en base a un cuerno de animal (Shofar) y un rollo de la Torá. A su lado, 36 monedas y cadenas de oro y plata. Y todo escondido a sólo 50 metros de una pared del Monte del Templo o Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, al sur del Muro de las Lamentaciones. Es decir, en el centro neurológico, religioso y conflictivo de la ciudad tres veces santa.
"No todos los días encontramos al lado del Monte del Templo una Menorá con siete brazos de oro de una época tan antigua", explica Mazar que lleva menos tiempo -"sólo" 30 años- excavando en la ciudad. El hallazgo reflejaría la presencia de la comunidad judía en Jerusalén durante el breve imperio persa en el siglo VII.
Según ella, tras la conquista persa de Jerusalén, muchos judíos regresaron a Jerusalén con la esperanza (destrozada posteriormente) de disfrutar de libertad política y religiosa. Se cree que los valiosos objetos fueron escondidos en una bolsa y enterrados por sus dueños judíos.
"Hemos estado haciendo hallazgos significativos desde la época del Primer Templo en una época mucho más antigua en la historia de Jerusalén, por lo que descubrir ahora esta Menorá de siete brazos de oro del siglo VII a los pies del Monte del Templo es una sorpresa completa", concluye Mazar en rueda de prensa.
Según el experto en numismática Lior Sandberg, el Tesoro Ophel (bautizado así por el nombre de la zona de excavación) es la tercera colección de monedas de oro encontradas en Jerusalén.
Con la ciudad -con su kilómetro cuadrado más sagrado- siempre discutida en la mesa de negociaciones entre israelíes y palestinos, Mazar afirma que el hallazgo refleja la "conexión histórica e indudable del pueblo judío con Jerusalén".
Con un enfoque menos histórico-político-religioso-cultural y más personal, la veterana arqueóloga israelí reconoce, bromeando: "¡Nunca había encontrado tanto oro en mi vida!".
Fuente: El Mundo, España