En un atentado terrorista perpetrado por un joven palestino en un salón de fiesta en Tel Aviv, los medios de comunicación, en este caso las agencias internacionales de noticias, difundieron una versión manipulada y grotesca de los acontecimientos. Veamos:
La crónica de los hechos debió haber sido redactada así: un «terrorista» palestino fanático, asesino por formación, entró en un salón de fiestas de Tel Aviv e hizo explotar una bomba adosada a su cuerpo, matando a 15 niños que festejaban un cumpleaños y dejando mal heridos a muchos más. Por lógica, él también murió despedazado.
Como no podía ser de otra manera, el gobierno israelí reaccionó y ordenó a su ejército ocupar la ciudad de donde provenía el «homicida». Allí encontraron que la gente festejaba la matanza de los menores «enemigos» dando aullidos de satisfacción, mientras que enmascarados homenajeaban la memoria de su «mártir» haciendo disparos al aire con sus fusiles Kalechnikov, venidos de la Unión Soviética.
Avisada la multitud festejante por medio de megáfonos que se había declarado el estado de sitio se produjo una desbandada, en medio de la cual los enmascarados efectuaron disparos sobre las tropas israelíes y pandillas de menores lanzaron piedras sobre las mismas. En medio de la represión y confusión cayó muerto un chico de 12 años y hubo siete heridos de consideración.
Restablecido el orden, demolida la casa del terrorista y pasadas unas cuantas horas, el ejército israelí se retiró del lugar.
Los mismos hechos, relatados por un diario de España, fueron titulados así:
«El Ejército judío mata a niño palestino de 12 años»
Y luego, en letra mucho más pequeña:
Fue en represalia al ataque efectuado por un «resistente» palestino, que se «inmoló» en un Salón de Tel Aviv, con un saldo de 15 muertos y «algunos» heridos (ahora sin mencionar que también eran niños).
Este titular, que no es único sino que se multiplica en cuantas lenguas haya, debería encender la luz de alerta. Como se han planteado las cosas no es Israel el cuestionado, la denuncia se extiende a todos los judíos sin excepción. Cada judío del orbe, según ese titular, ha asesinado al niño palestino. Inclusive aquellos (de apellido semita y que lamentablemente abundan) que critican acerbamente a Israel, al que acusan de expansionista.