Según los sectores fundamentalistas del Islam, las leyes inspiradas en el Corán serían la constitución de una supuesta República Árabe Islámica Unida, por ende, los judíos deberían ser expulsados de la tierra de Israel, ya que esta sería «Palestina» (aunque los palestinos no serían considerados árabes, ya que no tendrían genética arábiga pura, al igual que los iraníes y egipcios) o deberían aceptar convertirse a musulmanes, por el contrario, una «guerra santa» (yihad) sería la única solución para exterminar la «infidelidad» del pueblo hebreo.
Esta idea de desintegración del Estado de Israel o genocidio del pueblo judío está contemplada en la constitución de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), al igual que es un discurso constante de diferentes mandatarios radicales de Oriente Medio, quienes piden la eliminación de Israel como la única solución del conflicto árabe-israelí.
En el fundamentalismo islámico no hay términos medios y una posible solución diplomática y de repartición de territorios para 2 pueblos en 2 territorios autónomos e independientes, como lo piden las instituciones internacionales y las resoluciones de las Naciones Unidas, es sólo un invento del colonialismo.