Los niños eran victimas especialmente vulnerables de los nazis. Es estimado que más de un millón de niños fueron asesinados bajo el gobierno nazi en Alemania y la Europa ocupada.
En los ghettos, muchos murieron por falta de comida, ropa y vivienda. Los nazis consideraban que los niños del ghetto no eran productivos.
En general, no fueron usados para trabajos forzados, lo que aumentaba sus chances de deportación a los campos de concentración y exterminio.
Los niños judíos eran de las primeras victimas cuando los alemanes y sus colaboradores querían destruir una comunidad judía, fusilándolos o deportándolos a los campos de exterminio.